(publicado en El Viejo Topo nº 238, 2007)
En un acto de
conmemoración de los treinta años de existencia del Viejo Topo celebrado
recientemente en Madrid, alguien dijo, con acierto, que la recuperación de la
izquierda en España pasaba por la renovación de su lenguaje, por cambiar las
formas de expresar y de argumentar su mensaje. La comunicación es efectivamente
una cuestión de formas. El lenguaje –el escrito y el hablado- es un intento de
hacer visible, de exteriorizar algo, una idea, un significado, en este caso un
proyecto político, una forma alternativa de vivir y de pensar. Pero todas las
formas guardan una relación umbilical con los contenidos de forma que, en
rigor, no puede haber un problema de formas sin un problema de contenidos. Si
la izquierda anda dando tumbos en España (o el “Estado español”, por utilizar
una acepción un poco tonta) es por razones que van necesariamente más allá de
los lenguajes y de las formas. ¿Cuáles pueden ser esos contenidos que tal vez
fallen en la izquierda?